Irracionalidad Racional
Desde hace ya algunos meses venía horneando la idea de realizar un seminario diferente, completamente enfocado a la inteligencia y a su desarrollo.
Y cuando uso la palabra ‘inteligencia’ lo hago desde diversas perspectivas. Primordialmente, estoy hablando de la capacidad para tomar buenas decisiones. Odio sonar como un “sabelotodo” pero debo decir que ésa es exactamente la idea detrás de la etimología de la palabra ‘inteligencia’; naturalmente, este concepto lo utilizamos para describir además muchos otros fenómenos y capacidades que, de hecho, son complementarios.
Así, también estoy hablando de diversas habilidades, como:
- Comprender ideas simples y complejas
- Abstraer y organizar los elementos de la realidad
- Adaptarse a los nuevos entornos con eficacia
- Aprender de las experiencias
- Evaluar con precisión la información disponible
- Calcular los resultados posibles de una decisión cualquiera
Y, desde mi punto de vista, el desarrollo y fortalecimiento de todas estas capacidades (y algunas otras que no describo aquí para no parecer demasiado ambicioso) son esenciales para construir lo que algunos denominamos ‘libertad personal’.
¿Por qué irracionalidad racional? Es, en realidad, sencillo: al tiempo que desarrollamos distintas habilidades para optimizar el modo en el que inteligimos -lo siento, sé que la palabra no existe en el diccionario pero es que tampoco existe un verbo que abarque todo lo que hasta aquí he mencionado- es inevitable el reflexionar acerca de cómo razonamos los seres humanos. Y es entonces cuando nos encontramos en la posición de descubrir lo irracionales que a veces podemos llegar a ser en nuestra vida cotidiana.
Y la pregunta obvia nos asalta: ¿Por qué si somos tan inteligentes… (Por qué si somos la cúspide de la evolución, el clímax de la creación divina, la punta de la pirámide de la racionalidad… Por qué si somos, básicamente y según nosotros, el último bálsamo medicinal en el nosocomio, el último lecho del hostal y la última coca-cola en el desierto…) Ejem, ejem… decía: ¿Por qué si nos creemos tan inteligentes a veces somos tan irracionales?
Y la respuesta obvia nos libera: ¡Porque somos humanos!
Ya sé, ya sé, ya sé… Es una pésima respuesta. Pero es a propósito: Al tiempo que desarrollarás a lo largo de este seminario todas estas habilidades a partir de ejercicios, reflexiones, metáforas y prácticas diversas, comprenderás con mayor profundidad el complejo fenómeno humano y, por añadidura, el complejo fenómeno de la inteligencia.
Y, dentro de esta comprensión, partimos de una hipótesis sencilla: nuestra irracionalidad es, de hecho, bastante racional… no podría ser de otro modo. Somos humanos, después de todo. Consecuencia de esto es que nuestra irracionalidad es sistemática y, por ende, podemos calcularla, a veces con mucha precisión.
Ahora sí, ya llegué al tuétano de este novedoso seminario: vas a comprender cómo somos racionales, vas a detectar tu propia irracionalidad y la de las personas a tu alrededor, vas a poder calcular y predecir en función de esto las decisiones de los demás, vas a desarrollar distintas habilidades para optimizar tu inteligencia y, de paso, vas a aprender a tomar mejores decisiones en cualquier contexto.
Otra vez: ya sé. Es muy ambicioso (y eso que no he sacado del horno algunas otras cosas).